jueves, 22 de mayo de 2014

La Senda - El Bulli de Torrero

La pregunta: ¿adónde vamos?
Esta vez más que una decisión fue una larga y ansiada espera la que nos llevó al Restaurante LA SENDA. Un comentario fortuito acerca de las tantas y tantas alabanzas por parte de un compañero de trabajo, despertó la curiosidad acerca de este “Bulli de barrio”, como le llaman.
Llamada al mismo y a ver cuándo podría haber un hueco… entre semana, pocos problemas, si es para comer menos… si te vas al viernes, ya hay que esperar unos meses… pero si se trata de cenar el sábado… olvídate de hacerlo coincidir con esa fecha especial que quieres celebrar. De manera que decidimos que fuera comida el sábado para ir con más hambre y, lo más importante y curiosa casualidad: coincidió con nuestro aniversario
Muy elegantes e ilusionados por el momento y por el propio restaurante, cogimos el 31 en el centro y nos acercamos hasta la puerta de LA SENDA muy puntuales.

El restaurante y su entorno// Decisión tomada
El restaurante no es nada ostentoso en su decoración. Ya desde afuera vemos dos ventanales con cortinajes que tapan su interior a ambos lados de una puerta metálica. El menú está colocado en una vitrina en la pared con sus dibujitos de manera muy curiosa. Hay un timbre a través del cual nos permiten entrar.
Una vez dentro, vemos una sala mediana con la barra a la izquierda, toda ella protegida con cristal. El resto del espacio bastante diáfano, excepto una mesa que la consideran extra cuando hay alguien que no le importa comer en esta parte del restaurante. Al fondo a la derecha tenemos la sala comedor con unas cuantas mesas. Antes de pasar al comedor tenemos los baños. 

  • Asientos/mesas: la sala interior donde se come es pequeña, cuenta con 6 mesas y 12 sillas. Esta vez estábamos 4 parejas en mesas de dos y un grupo de 4 en una mesa doble.
  • Limpieza y baños: respecto a la limpieza decir que el restaurante estaba impoluto. El baño, limpísimo, contaba sobre el lavabo, separado del retrete, con una cesta con cuatro toallas para las manos y un cubo para echarlas tras utilizarlas. Para todo aquel que no le guste secarse con el dispensador de papel que había en la pared. Para que nos sintamos como en casa.
  • Ambiente: la temperatura del local es agradable y el ambiente ligeramente cargado, pero no pesado o desagradable (lógico para un sábado noche en hora punta).

  • Público: el público de este sitio es adulto (de 30-35 años en adelante).
  • Horario: el restaurante abre desde las 12:00 hasta las 17:00 (la última comida a la hora de comer se sirve a las 15:15) y por la noche el horario es de 20:00 hasta las 0.00.
  • Otros detalles con importancia: Como comentaremos más adelante en nuestro apartado “La comida”, poseen de un vino “solidario” cuyo importe es de 5 euros, y con el que se colabora con una asociación de personas necesitadas.

Carta // ¿qué hay para comer? // ¿qué se come aquí?

El restaurante no cuenta con carta de comidas, únicamente de vinos. La oferta es muy amplia y de calidad a unos precios muy asequibles para la calidad ofrecida. Son básicamente vinos nacionales, aunque hay algún vino italiano y alemán. Hay desde blancos a tintos pasando por rosados. No existe la posibilidad de tomar una copa excepto un tinto de la casa.
Para los no amantes del vino, hay posibilidad de elegir entre varias cervezas nacionales y por supuesto agua y refrescos.
La comida en LA SENDA es peculiar: se trata de un menú de seis platos con postre y pan incluidos por 30eu (con IVA) que se va cambiando con cierta frecuencia. Elaborado con ingredientes sencillos y naturales a base de trabajarlos para obtener texturas y combinaciones de sabores únicos. Es precisamente el secreto de este restaurante y el porqué de su precio. Se trata de productos asequibles que no requieren cuidados o almacenamiento caros, por lo que nos ayuda igualmente a cuidar nuestro bolsillo tomando un menú al mismo tiempo, ÚNICO.

Precios // ¿cuánto vale?
Como decíamos antes, el precio de los seis platos de que consta el menú es de 30eu, incluyendo una ración de pan y el IVA. La bebida, cafés y pan extra se cobra aparte. Los cafés tienen un precio normal 1,5-2€, mientras que las cervezas y agua de ½ litro van a 2-3€. Los vinos tienen precios más elevados por botella, siendo en todo caso muy razonables para su calidad. Un vino cosechero puede costar unos 10€ o menos y un reserva no pasa de 20€. Tienen un vino solidario a 5€ la botella con el que colaboran recaudando fondos para una asociación para ayudar a personas necesitadas.

Servicio // ¿Son majicos?
El servicio en este restaurante es distinguido. Nada más llegar, nos ofrecieron guardar las pertenencias en el perchero si nos molestaba tenerlo en la silla. Por otro lado, parte del encanto de la comida es la explicación de cada plato, de lo que se encarga la camarera, siempre atenta y sonriente. Sin prisa pero sin pausa los platos llegan a la mesa con unos nuevos cubiertos cada vez tras haber retirado todo lo necesario del anterior. Son descritos minuciosamente en su composición y  se describe la manera para disfrutarlo y así conseguir la mayor explosión de sabor en la boca.
Desde que empezamos con el primer plato, los seis se suceden a razón de 15min cada uno, lo que se hace tiempo suficiente para observarlo, escuchar la explicación, comerlo y recogerlo. En total una comida de hora y media que se pasa en un suspiro y tras la que acabas con una sonrisa y lleno en la justa medida.
La comida // “Al grano”…¿qué tal?
El menú en este 3 de mayo de 2014 fue el siguiente:

  • Chipirón encebollado: Comenzamos con un plato muy sorprendente a la vez que sabroso y divertido. No era más que un chipirón sobre dos tipos de cebolla (agridulce y tierna), y bajo una nube de borraja que tapaba parte de los ingredientes. Además venía acompanado de un consomé en una jarrita, que teníamos que verter en el plato para disfrutar de la mezcla de sabores. Realmente muy jugoso gracias al consomé, delicioso, y ligero para despertar el apetito si todavía seguía aletargado que no era nuestro caso.

  • Huevo cocinado a baja temperatura con bechamel de cebolla, jamón, hongos y ceniza de patata: Podríamos pensar que son los típicos huevos rotos de cualquier tasca, pero sinceramente, la diferencia es abismal. El huevo servido, viene acompanado como su nombre indica de una bechamel de cebolla, virutas de jamón y hongos. Además, lo innovador y sorprendente es la patata, presentada como ceniza, y son láminas negras de patata que tuvimos que mezclar con los demás ingredientes, y al llevarnos el tenedor a la boca… pudimos saborear uno de los platos más sabrosos e intensos de los que hemos probado.

  • Arroz ahumado con alioli de coco y panceta agridulce: La presentación de este plato fue la más sorprendente, ya que el arroz venía encerrado dentro de una “copa” transparente boca abajo, con la que podíamos ver perfectamente el arroz negro que contenía y debajo, el esperado alioli de coco. A su lado 3 pequeños trozos de panceta agridulce. Al destapar el arroz con el alioli, prácticamente se podía saborear el plato con el aroma que desprendía, aunque lo mejor estaba por llegar, al probar el arroz con su alioli de coco, con toda la intensidad del típico alioli, y un ligero toque sorprendentemente agradable de coco, que lo hacía muy diferente a cualquier otro.

  • Merluza sobre humus, salsa ponzu y aire de cítricos: Llegando ya a los platos fuertes, nuestro estómago empezaba a darse cuenta de que se iba a quedar muy satisfecho, y este plato se lo confirmó. Sin llegar a ser un fan de la merluza, tengo que decir que me encantó la mezcla de sabores que otra vez más consigue el “jefe”, además del juego que le da, la textura y el frescor del aire de cítricos.

  • Pato y maíz: Deliciosas hamburguesitas de confit de pato, tierna y jugosa, sobre una salsa de maiz, y varios maices garrapinados que lo acompanaban, aportando su sabor dulce para mezclarse con el salado del resto de ingredientes, consiguiendo también en este último plato la combinacion sorprendente de sabores.

  • Chocolate con leche, moras, yuzu y nueces garrapiñadas: consistía en un mix de texturas, temperaturas y sabores muy peculiar. Por un lado, el chocolate encapsulado en una especie de bola gelatinosa, muy dulce, por otro, crema de mora, con la textura de un helado derretido, el tercero en discordia, el yuzu, un ingrediente desconocido que compararíamos con chocolate blanco, aunque quizás no es tan dulce, es algo más insípido, pero similar en ambas texturas y, para rematar, los frutos secos, que suben la temperatura del conjunto y lo hacen más masticable. Buena combinación y curioso plato, sin embargo, quizás fue el plato menos sorprendente en comparación con los demás.

  • Pan: No suele ser muy común hablar del pan de un restaurante, pero en este caso queríamos destacar en este restaurante el detalle y la calidad de este compañero de viaje tan necesario. Servido en una cesta de mimbre y descansando sobre una cama de piedras calientes, hace que el pan se mantenga caliente durante toda la comida y en cada momento que se lleva a la boca, disfrutarlo como recién sacado del horno.



Realmente no importa demasiado porque cada vez será diferente y aunque cualquiera de estos platos es muy recomendable, el talento y saber hacer de David Baldrich hará que cualquiera de sus creaciones os sorprenda. Solo para que os hagáis una idea de cómo se come en este sitio.

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