miércoles, 5 de febrero de 2014

Contigo pan y cebolla


La pregunta: ¿adónde vamos?


Esta vez fue más la ilusión por vosotros, por el blog, por hacerle crecer y ser más popular lo que nos hizo buscar un restaurante del que habíamos oído hablar pero que nunca antes habíamos probado. Nos sorprendía haber escuchado opiniones extremas y nos arriesgamos a caer en uno de estos límites. Y digo bien, arriesgarnos: porque si es muy bueno, es difícil encontrar algo a la altura, y si resulta desastroso... digamos que no es agradable.
Estrenábamos fin de semana y tras un intenso paseo "rebajil" por todo el centro, fuimos a descansar y reponer fuerzas directamente al restaurante.


Decisión tomada :)


Y bien, se trata del restaurante Contigo pan y cebolla, un restaurante en pleno centro pero alejado del bullicio, escondido a un paso del Paseo Independencia, la puerta del Carmen y el Mercado Central. Ideal para continuar la noche en un plan más tranquilo por la plaza Salamero o Cesar Augusto o para dar unos pasitos más y plantarte en pleno casco antiguo o "Zona" si tu opción es la de bailar hasta altas horas de la noche. 

  • Asientos/mesas: el local no es excesivamente grande pero hay mesas de varios tamaños. Digamos que hay sitio para unas 15 reservas dependiendo, por supuesto, del número de personas de cada una, ya que pueden reubicar las mesas y sillas para ajustarse. Llegamos a ver una mesa de 8, mientras que lo habitual eran mesas para 4. Sin embargo, no es ningún problema ir en pareja puesto que también hay mesas para ello. La estética del mobiliario es correcta para el tipo de restaurante en el que nos encontramos.
  • Limpieza y baños: aquí no hay mucho que objetar, llegamos en el primer turno y todo estaba impecable. Las mesas cuentan con un jarrón alargado que contiene una flor/bambú y una velita que te encienden amablemente antes de comenzar a comer. El suelo impecable y los baños de anuncio, tanto por estética como por limpieza. 
  • Ambiente: la temperatura del local es agradable y el ambiente la verdad es que absolutamente neutro, no huele a cocina en ningún momento (salvo cuando alguien pide carne a la piedra, que la sacan directamente sobre la mesa y se va haciendo al gusto, pero es algo puntual y leve). 
  • Música: no es un sitio bullicioso aunque hay ruido y no es de música. Se escuchan las voces de la gente, aunque una vez te metes en tu burbuja, solo oyes la conversación de tu mesa y es como si el resto fuera silencio :) supongo que nos pasa a todos!
  • Iluminación: el local no tiene una intensa luz blanca pero está iluminado sutilmente con un ligero toque amarillento que destila una oscuridad agradable. En las mesas la luz proviene de las pequeñas velas individuales y de curiosas lámparas y focos en las paredes, donde cuelgan fotos relacionadas con el nombre del restaurante.
  • Público: el público de este sitio es de edad joven (unos 35 años). También es común ver alguna mesa de papás con sus niños ya no tan niños.
  • Horario: el restaurante abre lunes y martes en horario reducido de 9h a 20h y de miércoles a sábado desde las 9h a las 24h. Cierra los domingos.
  • Otros detalles con importancia: es uno de los pocos sitios donde se puede pedir una "jarra de agua" (opción típica de cadenas como VIPs), es decir, te sacan una jarra con agua del grifo que no te cobran. Lo cierto es que fue una jarra impecable y le pusieron hielos, pero la cobraron. Nos resultó un detalle muy feo, ya que no hubo problema cuando la pedimos y su precio no se indica en la carta (porque obviamente es del grifo). Esta situación jamás la hemos vivido en otros sitios donde esto es una situación común (fuera de Zaragoza) No es un sitio que cuente con ofertas en páginas tipo Groupalia, Lets bonus... Hay menús a mediodía de lunes a sábado y menús especiales para celebraciones.


¿Qué se come aquí? (la carta)


La carta de este restaurante puede definirse como cuidada y amplia: 
Primeramente hay ensaladas muy diferentes, con ingredientes de calidad y ración abundante para una persona. Para compartir, tamaño ideal.
Después tiene lo que llamaríamos los platos principales de nombre largo y mezclas de ingredientes curiosas aunque muy sorprendentes. Hay opción para todos los gustos: carne o pescado y también existe alguno únicamente con verduras. Todos ellos son de tamaño aceptable, pequeño si sólo se come eso, aunque siempre dependerá de cuáles sean las costumbres de cada uno y del hambre demostrada.
Hay también una lista de bocadillos a los que les han dado un punto diferente. Mezclan ingredientes para conseguir resultados muy sorprendentes manteniendo el concepto de bocadillo. En esta lista hay alguna hamburguesa muy especial, incluso.
Para acabar tenemos una breve carta de postres que cuenta con delicias de sobra conocidas de calidad extraordinaria, tanto en apariencia como en sabor.
Para beber tienen una carta de vinos con denominaciones de origen de la región. No hablamos de vinos añejos, tanto claros como rosados y tintos. Refrescos, los de siempre.


¿Cuánto vale? (los precios)


Las ensaladas están en torno a los 10-12eu, los platos elaborados que nombrábamos rondan los 12-15eu y los postres 5-6eu. Los vinos están entre 10eu y 20eu y el resto de bebidas tienen unos precios normales.
Por la jarra de agua cobran 1,5eu, el pan unos 2eu, cafés a 1,5eu.
Diríamos que cenando un plato, postre compartido, con agua y sin pan ni café se puede salir a unos 15eu. Sumando vino, entrante compartido y un postre por cabeza, pasas a 25eu. con pan y café para redondear, 30eu. 
No es un sitio para presupuestos ajustados, aunque merece la pena pedir con cabeza para disfrutarlo y pagar por lo que comes, no por extras o por raciones que entran más por los ojos que por lo que realmente eres capaz de comer.


¿Son majicos? (el servicio)


En total habría unos cinco camareros para todo el restaurante, y en nuestro caso al llegar con reserva nos acomodaron enseguida y no tardamos apenas tiempo en pedir. Tenemos que decir que sí, el camarero que nos atendió tuvo un trato tan amable como simpático y muy cercano con nosotros, lo cual, aunque haya gente que prefiera un trato más distante, nosotros agradecemos.


“Al grano”…¿qué tal? (la comida que pedimos)


Magret de pato con salsa de mango y cebollitas caramelizadas: el plato consistía en 5 pequeños trozos de magret de pato con una salsa dulce de mango con trocitos de la fruta mezclado en parte con reducción de módena, que quita cierto dulzor a esta salsa y se lo aporta a la carne. Una combinación estupenda rematada con tres cebollitas ligeramente dulces para acompañar cada bocado.

La carne estaba muy jugosa y hecha en su punto. Los trozos no eran muy grandes y todo el acompañamiento quizás resultó hasta excesivo si comparamos tamaños. Además, tenían una parte de grasa, muy sabrosa y fácil de tragar, pero si ésta se quita, el plato queda ridículo y no sería digno de pagar lo que vale por muy buena que resulte esta exótica combinación.


Hamburguesa de buey (150gr.) con setas, escalopín de foie, rúcula y salsa teriyaki: una maravilla de hamburguesa, sabrosa como pocas he probado, y aunque muy difícil de comer si quieres seguir viendo una hamburguesa hasta el final, merece la pena mancharse un poco los dedos para probar esta delicia. Si puedo sacar un pero, la carne estaba demasiado hecha para mi gusto. Como ya comenté en el post anterior, me gusta ver un color un poco rojizo que no vi, pero la salsa, el foie y las setas le dieron el punto jugoso que a la carne le faltaba. 



Biscuit de dulce de leche con chocolate caliente: el postre fue un acierto. Quizás para la cena no es muy recomendable el dulce de leche por su pesadez, sin embargo, la manera de servirlo en este postre fue helado, haciendo su sabor mucho más ligero. Combinado con chocolate amargo fundido (no recalentado) que daba para coger un poco en cada cucharada e igualar la temperatura de las dos partes en la cuchara para que fundiese más fácilmente en la boca. El helado tenía una base de galleta negra (tipo oreo) que estaba muy rica también.

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